"Art is the only serious thing in the world. And the artist is the only person who is never serious" Oscar Wilde.



"Haz lo necesario, después todo lo posible, y así conseguirás hasta lo imposible" San Francisco de Asís


martes, 29 de septiembre de 2015

Mi Cajita de Té

Hola a tod@s! Qué tal estáis? Cómo pasa el tiempo, sin darnos cuenta se nos ha ido Septiembre! Dentro de nada ya estamos llenando nuestros "blogs" con la decoración Navideña jejeje.

Mientras tanto, y aunque ya son más de las cinco, me gustaría invitaros a tomar el té!



Hace ya más de un año, compré una cajita de madera para guardar las infusiones, de esas que venden en los bazares:



Como podéis imaginar mi intención era decorarla (incluso había comprado las servilletas con los motivos que quería emplear) pero por unas cosas u otras se fue quedando en el baúl de trabajos "pendientes". En todo este tiempo, mi madre no dejaba de repetirme: "cuándo vas a decorar la cajita de infusiones, que ya no sé dónde guardarlas?"...

Así que el fin de semana, la recaté del trastero y me puse manos a la obra. Lo primero fue proteger el cristal con cinta de carrocero, y darle, tanto a la tapa como a la parte inferior un lijado suavecito. A continuación, apliqué un par de manos de la archifamosa  pintura "chalky" de "Americana Decor", en color "everlasting". La apliqué un poquito aguada, pues quería que se notasen ligeramente las vetas de la madera.

A continuación, comencé a decorar la parte superior de la tapa, realizando un estarcido, con una plantilla de topos y pintura en tono "rustic" de la misma marca. La parte interior la pinté también en ese tono oscuro.

En el cuerpo de la caja, lo primero fue realizar un estarcido con una de las plantillas que le compré hace un par de años a nuestra amiga Lucía "Momentos Vintage" que parecía creada especialmente para este trabajo. 

Y ahora venía la fase de "decoupage". Para ello utilicé una servilleta que compré hace un par de años en El Escorial, en una feria de "patchwork". Mi amiga Kika seguro que se acuerda jajajaj. Fuí recortando los "cupcakes" que más combinaban con el tono "chocolate" del estarcido, y los fuí pegando con cola de "decoupage".

Mientras secaban, pinté el borde superior en el mismo tono oscuro que la parte inferior de la tapadera. Finalmente, y una vez seca la caja, apliqué el mismo estarcido de "topos", por toda ella. El acabado final consistió en dos manos de barniz "soft-touch". 

Aquí tenéis el resultado final, espero que os guste tanto como a mí!










Bueno, pues ya sólo faltaba llenarla! Así mi madre tiene ordenaditas todas las infusiones jejejej.




La verdad es que me ha gustado mucho el resultado. Tienen los ingleses una expresión para indicar que algo les agrada mucho, que de hecho es muy apropiada en este caso, pues realmente "it´s my cup of tea"!!

Bueno, pues esto ha sido todo por hoy. Siento no aparecer mucho por aquí, pero la verdad es que este último mes estoy ocupada con miles de cosas y no dispongo apenas de tiempo. Quiero dar la bienvenida a las nuevas seguidoras, de "Blogovin", de "Google+"...y espero que paséis por quí todas ratitos muy agradables, ya sabéis que nos "retroalimentamos" y enriquecemos mutuamente :)

Por supuesto agradecer todas vuestras visitas y cariñosos comentarios, ideas, sugerencias...Ya os he dicho muchas veces que son el motor de este pequeño rincón. Y sn más me despido, deseando que tengáis una feliz semana.

Un Abrazo y Sed Felices!



viernes, 11 de septiembre de 2015

Los Museos de París: "Museo Rodin"

El "Museo Rodin" abrió sus puertas al público en 1919. Como sucede con los dos museos a los que me he referido en las entradas anteriores, su importancia reside, no sólo en las colecciones que alberga, sino en su privilegiada ubicación. 


Se encuentra situado en un antiguo palacete, joya de la arquitectura "rocalla" parisina, conocido como "Hôtel Biron".

En un principio se trató de un palacete particular, mandado construir entre 1727 y 1737, por un rico financiero, quien sin embargo murió sin poder llegar a contemplarlo terminado. Su viuda lo alquilará de por vida a la "duquesa del Maine", y al morir esta, se lo vende definitivamente al "mariscal de Biron", quien realizará algunas modificaciones en el edificio, pero presta especial a los jardines, convirtiéndolos en unos de los más bellos y famosos de París. Es precisamente del mariscal, de quien el Hôtel toma el nombre que conserva en la actualidad.

A partir de 1788 son muchos y variados los inquilinos del palacete: duques, cardenales, o incluso el embajador de Rusia. En 1820, la última propietaria vende toda la finca a tres religiosas, pertenecientes a la orden del "Sagrado Corazón de Jesús", quienes establecen aquí un colegio para señoritas. Entre los cambios que introducen en la finca, se encuentra la construcción de una "Capilla", de estilo "neogótico", para que las hermanas pudiesen practicar su culto. 


Sin embargo, la compañía se disuelve en 1904, las hermanas abandonan el lugar y la Capilla se cierra. Cuando el "Museo Rodin" abre sus puertas en 1919, este espacio será utilizado como sala de exposiciones, destinado fundamentalmente a las "colecciones temporales".

A partir de 1905, el "Hôtel Biron" empieza a recibir inquilinos de nuevo, y esta vez no se trata de duques o condesas sino de numerosos artistas: el escritor Jean Cocteau, el pintor Henri Matisse, la bailarina Isadora Ducan o el poeta Rainer Maria Rilke. Es precisamente a través de este que Rodin descubre la finca y decide alquilar cuatro estancias para instalar aquí sus talleres. Aprovecha igualmente el jardín para instalar algunas de sus obras y su colección de antigüedades, y en 1911 ha ocupado ya todo el hotel.

Ese mismo año la finca es vendida al estado, y todos los inquilinos la abandonan, excepto Rodin, quien se niega a marcharse. A cambio y según sus propias palabras "Dono al Estado toda mi obra en yeso, mármol, bronce, piedra y mis dibujos, así como la colección de la Antigüedad que me complace haber reunido para el aprendizaje y la educación, tanto de artistas como de trabajadores. Y solicito al Estado que conserve el hôtel Biron que será el museo Rodin con todas estas colecciones, reservándome el derecho de residir en él durante toda mi vida.” 

Nace así el "Museo Rodin", formado por el "Hôtel Biron" y su jardín, que como hemos dicho, sería oficialmente inaugurado en 1919, y dedicado a exponer todas las obras donadas por el escultor (tanto sus propias esculturas, como dibujos, estampas, cerámicas o fotografías de su colección personal).




El museo ofrece la oportunidad de visitar tanto el complejo entero, como únicamente el jardín, en el que existe además una terraza restaurante muy agradable. Dado que para mí era ya la tercera visita del día, y que la obra fundamental cuya contemplación  me había llevado allí se encuentra en el jardín, opté por visitar únicamente este y aprovechar para comer disfrutando de tan privilegiado entorno.

Como habréis imaginado, la "estrella" del museo es la colosal estatua conocida como "El Pensador". Con sus imponentes dimensiones (180 cm de altura), y su característica pose, combinando un cuerpo perfectamente definido de hombre de acción, con una actitud reflexiva, del hombre que piensa y se hace preguntas, podemos decir que estamos contemplando una de las esculturas más famosas de todos los tiempos.




Lo cierto es que es una escultura que siempre me ha fascinado, desde que la viera siendo muy pequeña en mis libros de historia, e incluso desde que tuviese que dibujarla (sin ningún éxito por cierto) en el colegio, por tanto debo decir que poder contemplarla, alzándose majestuosa hacia el azul del cielo parisino, fue una sensación muy especial.


Dejamos atrás a nuestro pensador, después de una agradable y soleada sobremesa, para empezar a recorrer el museo-jardín:


Si os fijáis, detrás del "El Pensador" se encuentra la "Capilla"

El "jardíncito" cuenta con una superficie de nada más y nada menos que tres hectáreas (una vueltecita de nada jajaja), y en él iremos encontrando distintas obras maestras del autor, primorosamente distribuidas entre una rosaleda, grandes parterres, terrazas, fuentes y rocallas.


"Monumento a Balzac" (1898)

"Monumento a Victor Hugo" (1890)

Figuras de“Los Burgueses de Calais” (1889) 
Al fondo se aprecia la "Galería de los Mármoles" hoy acristalada

Estas hortensias me dejaron auténticamente impresionada 

Figura de“Los Burgueses de Calais” (1889) 

"Monumento a Claudio de Lorena"

"El Genio del reposo eterno"

"Ugolino y sus hijos"

Y así, después de tan increíble paseo, nos despedimos de un jardín repleto, no sólo de obras de arte, sino de bellos y delicados rincones:


Bueno, pues por hoy esto es todo. Me despido deseando que os haya gustado la entrada. La verdad es que este es uno de esos rincones de París que no hay que dejar de visitar; no en vano los propios parisinos aprovechan los días soleados para  comer, leer o simplemente descansar en estos maravillosos jardines.

Quiero dar la bienvenida a l@s nuev@s seguidores, que espero pasen por aquí ratitos muy agradables, y como siempre agradecer todas vuestras visitas, comentarios, sugerencias... Por cierto, aprovecho para recordaros que pinchando sobre cada foto, estas recuperan su tamaño original (pues hay quien me ha sugerido que ampliase el formato).

Os deseo a tod@s un magnífico fin de semana.

Un Abrazo y Sed Felices!


lunes, 7 de septiembre de 2015

Los Museos de París: "Musée d'Orsay"

Hola a tod@s! Qué tal estáis? Supongo que sobrellevando lo mejor posible la vuelta a la rutina, y con ganas de descubrir lo que la nueva temporada nos tiene reservado...Ánimo, seguro que lo mejor está por llegar!

Hoy quisiera compartir con vosotr@s un nuevo post dedicado a mis incursiones por los museos de París. Si como os comentaba en la entrada anterior mi primera parada fue el "Musée du Louvre", la segunda tuvo lugar en el que, con permiso del anterior, es probablemente el museo más famoso y visitado de la ciudad, el "Musée d'Orsay".

Situado a orillas del Sena, frente al "Jardín de las Tullerías" y junto al "Museo de la Legión de Honor", destaca no sólo por la importancia de las colecciones que alberga, sino por el edificio en el que se encuentra ubicado: la antigua "estación de Orsay", construida con motivo de la "Exposición Universal" de 1900.




Diseñada por el arquitecto "Víctor Laloux" quien disimularía las estructuras metálicas de la estación con una fachada de estilo académico con el fin de integrarla en su elegante vecindario, se mantuvo operativa como cabeza de línea del suroeste de Francia hasta 1939. Fue utilizada más tarde como centro de expedición de los paquetes postales para los prisioneros durante la guerra o como centro de acogida de los mismos en el momento de la Liberación, hasta que en 1973 fuese inscrita en el Inventario de Monumentos Históricos. 

En 1977-78, por iniciativa del Presidente Valéry Giscard d'Estaing, se iniciarán  los trabajos de reestructuración de la estación, con el fin de convertirla en museo. Será otro Presidente, François Mitterrand, el encargado de inaugurar el nuevo museo, que abriría sus puertas al público el 9 de diciembre de 1986. 



Vista lateral del museo. Bajando las escaleras... 

...nos encontraremos con el "Museo de la Legión de Honor"

Si el propio edificio es ya la primera "obra de arte" que podemos admirar, también lo son los diferentes grupos escultóricos que decoran el "patio" o plaza del museo:

"Rhinocéros" de Henri-Alfred Jacquemart (1878)

"Éléphant" de Emmanuel Fremiet (1878)

"L'Europe" de Alexandre Schoenewerck, "L'Asie" de Alexandre Falguière y 
"L'Afrique" de Eugène Delaplanche (1878)

Tras disfrutar de la belleza del edificio y sus exteriores es hora de visitar el interior. Las colas para acceder son si cabe mayores que en el "Louvre", por lo que resulta muy útil el "Paris Museum Pass", gracias al cual tenemos acceso prioritario por la "puerta C". 

El recorrido por el interior del museo se encuentra distribuido en tres niveles, aprovechando la estructura de la antigua estación: la gran nave se utiliza como eje central del recorrido, mientras la marquesina se transforma en la entrada principal. 

Así, en la planta baja las salas están distribuidas a ambos lados del patio central convertido ahora en el "Pasillo de las esculturas":

"Pasillo de las esculturas"

 El reloj interior es una auténtica maravilla!!


En el nivel intermedio, las terrazas dominan el patio e introducen a cada sala de exposición:



Y por último el piso superior, está acondicionado encima del vestíbulo, prolongándose desde el reloj exterior, hasta la terraza:




El "Musée d'Orsay" expone las obras de la segunda mitad del siglo XIX, desde 1848 hasta 1905 aproximadamente, abarcando por tanto varios estilos, escuelas y corrientes artísticas.

La planta baja o "nivel 0" alberga las obras del periodo 1850-1875. La nave central como hemos dicho está dedicada a las esculturas (cerca de 1200 distribuidas por todo el museo) ya que al estar alumbrada por la luz natural y cambiante que procede de la cúpula de vidrio, se permite al público descubrir cada obra con toda su riqueza y diversidad. Entre otras podemos destacar:


"Libertad" (Frédéric-Auguste Bartholdi )

"Ugolino" (Jean-Baptiste Carpeaux)

"Tarcisio mártir cristiano" (Alexandre Falguière)

"David" (Antonin Mercié)

"Anacreonte" (Eugène Guillaume)


En lo que se refiere a la pintura, podemos encontrar, desde la corriente academicista de la década de 1850-60,  los inicios del Simbolismo y el Realismo, hasta los inicios del Impresionismo:

"Dante y Virgilio" (William Bouguereau)

"Las Oreadas" (William Bouguereau)

"Cosechadoras" y "La Hilandera" (Jean-François Millet)

"Caza de los ciervos" (Gustave Courbet)

"La Goulue y Valentin le Désossé bailando en la sala del Moulin Rouge" (Toulouse Lautrec) 

Dentro de la variedad de estilos llaman la atención "Las celebridades del Justo Medio", de Honoré Daumier. Se trata de alrededor de cuarenta bustos caricaturescos, en barro crudo pintado al óleo, de diputados, pares de Francia o allegados de Daumier,  modelados por el artista a petición del fundador de los diarios satíricos "La Caricature y Charivari", opuestos a la monarquía:



Por último, en esta planta podemos encontrar también, perfectamente integrada en el recorrido, la arquitectura, que pretende reflejar a París con su rostro de capital moderna. Para ello se ha seleccionado uno de los edificios emblemáticos del Segundo Imperio, acabado por la Tercera República (para mí el más bello y "especial" de los edificios parisinos) : la "Nueva Ópera de París", construida por Charles Garnier de 1863 a 1875. Toda una generación de artistas, pintores, escultores, decoradores y ornamentistas colaboró  en ella, y este modelo influencia de modo duradero la arquitectura occidental.

Situada en el fondo del gran pasillo central, la sala de la ópera pretende mostrar todos los rostros del monumento: urbanismo, arquitectura y decoración. Para ello nos presenta  una sección longitudinal de yeso policromo que presenta el edificio tal y como era durante su inauguración el 5 de enero de 1875, junto con una maqueta al 100° del barrio de la Ópera, fijada en fecha de 1914:




Maquetas de la escena realizadas para la exposición universal de 1900:


O el boceto del techo de la sala de "J.E. Lenepveu":



Visitamos a continuación el nivel medio o "nivel 2" y el "Pabellón Amont". En el lado izquierdo (donde no me detuve demasiado, todo hay que decirlo) nos encontramos el naturalismo, las escuelas extranjeras, las artes decorativas bajo la Tercera República y el "Art Nouveau" :



Junto al restaurante, nos sorprende una maravillosa estancia, la "Salle de Fêtes" o sala de fiestas. Reflejo de la inspiración ecléctica del siglo XIX, se trata en realidad de la antigua sala de baile del hotel de Orsay. Clasificada como Monumento histórico, dicha sala, en complemento al acceso privativo al museo, recibe hoy en día cenas, cócteles cena, reuniones o conciertos (tiene una capacidad para 150 personas en reunión o cena); son las que el museo denomina "veladas de prestigio":



En lo referente a la escultura cabe destacar este "San Miguel venciendo al dragón" de Emmanuel Fremiet:



O la impresionante "Puerta del infierno" de Auguste Rodin:


Por su parte, en el lado derecho nos encontramos con el neoimpresionismo (Seurat, Signac...), el postimpresionismo (Van Gogh y Gauguin)  y los Nabis en 1900.

Y es precisamente en este punto, donde pude deleitarme en la contemplación de las pinturas uno de mis pintores favoritos, grande entre los grandes, a quien el museo, como no podía ser de otro modo, dedica una sala completa: ese "loco" maravilloso que fue Vincent Van Gogh:

"Retrato del artista"

"El doctor Paul Gachet"

"La iglesia de Auvers-sur-Oise"

"La meridiana o La siesta"


Sin embargo, y pese a todo lo que hemos visto, si hay algo que caracteriza al "Musée d'Orsay" y lo convierte en el punto de atracción para miles de personas de cualquier parte del globo, es el hecho de que alberga la mayor colección de obras "impresionistas" del mundo. Dicha colección la vamos a encontrar enteramente en la planta alta o "nivel 5", extendiéndose en toda la longitud del museo, en la conocida como "Galería de los Impresionistas", que nos propone un maravilloso recorrido, por las obras maestras del movimiento desde 1860 a 1900.


Reunidos en esta pintura de Henri Fantin-Latour tenemos a los creadores de un movimiento artístico basado en un intento de plasmar la luz (la "impresión" visual) y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintaban el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo este. Uno de los movimientos más hermosos de la historia del arte y sin duda alguna, clave fundamental para el desarrollo posterior, a través del postimpresionismo y las vanguardias.

"Un taller en las Batignolles"

De izquierda a derecha, podemos ver a Otto Schölderer, pintor alemán que vino a Francia para conocer a los discípulos de Courbet; Manet, con el rostro agudo, sentado delante de su caballete; Auguste Renoir, con sombrero; Zacharie Astruc, escultor y periodista; Emile Zola, portavoz de la renovación pictórica; Edmond Maître, funcionario del Ayuntamiento; Frédéric Bazille, que desaparecerá pocos meses después, con veintiséis años de edad, durante la guerra de 1870; por fin: Claude Monet.


Otra de mis pinturas favoritas del mismo autor, Henri Fantin-Latour, nos muestra una envidiable reunión, constituyendo no sólo un retrato de grupo, sino  un testimonio de la historia literaria del siglo XIX, del movimiento poético del Parnaso en particular.

"Un rincón de mesa"

En la extremidad de una mesa, varios hombres se han reunido después de una comida. Tres en pie, de izquierda a derecha: Elzéar Bonnier, Emile Blémont, Jean Aicard. Cinco sentados, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, Léon Valade, Ernest d'Hervilly, Camille Pelletan. Todos están vestidos de negro excepto uno, Camille Pelletan, que no es un poeta como los otros, sino un hombre político.

Sin abandonar la concepción clásica del dibujo, Degas y Manet serán los dos mayores representantes del Impresionismo, a través de una utilización muy moderna del color.

"El desayuno en el cesped" de Manet supuso un verdadero escándalo en el momento de su presentación (1863-1865), hasta el punto de que fue rechazado. Con esta obra, Manet no respeta ninguna de las convenciones admitidas, sino que impone una libertad nueva con respecto al tema y a los modos tradicionales de representación.



Por su parte, Degas revela un sabio dominio del color, a través de todo un juego de claroscuros y una gran osadía en la composición. Asiduo asistente a la Opera de París, las bailarinas, ejerciendo durante los ensayos o en reposo, se convierten en su tema predilecto, incansablemente recuperado con numerosas variaciones en las poses y los gestos.

"Retratos en la Bolsa" y  "Bailarinas subiendo la escalera"

"La clase de danza"

"La bailarina de 14 años"

Con el ejemplo de Manet, Monet crea alrededor de 1865 una técnica libre, con la que pretende preservar la espontaneidad y la libertad del bosquejo, captar la luz a través del entorno, y distribuirla en amplias manchas de luz y sombra sobre los personajes. Nace así  "El Almuerzo sobre la hierba":



La misma técnica emplea en "Las amapolas", diluyendo los contornos y potenciando las amapolas mediante manchas de formato desmesurado, en el primer plano:



En otra obra soberbia, "La estación Saint-Lazare",  busca los efectos cambiantes de la luminosidad (hay varias versiones según la hora del día, una de las cuales pude contemplar en la "National Gallery" londinenese), la movilidad del tema, las nubes de vapor y un motivo radicalmente moderno:



Un cuadro absolutamente maravilloso, "Un rincón de apartamento", da la impresión de abrirse como un telón y guiar al espectador hacia el fondo, hasta la zona más luminosa del cuadro:


Y por supuesto no podían faltar las famosísimas "Ninfeas azules", con una pincelada totalmente libre, bordes dejados sin pintar, y un juego de luz y color que obliga al espectador a hacer casi un esfuerzo cerebral para reconocer el motivo terminado (técnica que más tarde recogerían los postimpresionistas y abriría el camino a la abstracción):



Por su parte, Pierre Auguste Renoir pretendió aplicar los principios del Impresionismo en el estudio de la figura humana, como muestran las deliciosas "Jóvenes al piano":


El "Gran desnudo"


O dos de sus más famosas obras; alegres, coloristas, basadas en la vida parisina de la época, innovadoras, y por ende incomprendidas en su momento; absolutamente maravillosas!

"El columpio"

"El baile del molino de la Galette"

Camille Pisarro y Alfred Sisley (el único británico), se encuentran representados en sus preciosos paisajes, en ese mágico y sutil dominio de la luz, el color y la pincelada:

"El Sena y el Louvre" (Pisarro)

Sisley

Y finalmente Cézanne, una auténtica personalidad propia, quien, según sus propias palabras "quiso hacer del Impresionismo algo sólido y duradero como el arte en los museos". Dios es testigo de que lo consiguió:

"Los jugadores de naipes"

Bueno, pues después de admirar tanta belleza, sólo nos queda pasar por la librería (tienda de recuerdos para comprar unas postales y los imprescindibles "magnetos"), hacer una paradita en el restaurante del piso superior, el "Café campana" para recuperar fuerzas,  y salir a la terraza a admirar las maravillosas vistas de París:





Bueno, pues esto es todo lo que quería contaros. Si habéis sido capaces de llegar hasta aquí, muchísmas gracias! Espero que hayáis disfrutado con este recorrido virtual, tanto como yo lo he hecho preparándolo; sin duda, el Musée d'Orsay es uno de esos lugares que merece la pena visitar, al menos una vez en la vida...

Y sin más me despido como siempre dando la bienvenida a l@s nuev@s seguidores, agradeciendo de corazón vuestras visitas y cariñosos comentarios, y deseando que paséis una muy buena semana.

Un Fuerte Abrazo y Sed Felices!